Judo. La lucha serena 🥋

“A los occidentales siempre nos ha parecido enigmática y extraña la cultura oriental. Durante mucho tiempo vimos sus creencias espirituales como magia inaccesible, reservada sólo a sabios iniciados. Y su arte marcial de la guerra como poco menos que el camino para volverse un superhéroe”

El noble arte del Judo. La lucha serena. Es ese que en la imaginación popular ha quedado como “el otro”, “el segundo”. En detrimento de artes como el kárate o el kung-fu, el judo ha sido siempre visto entre los profanos como una técnica de defensa menos efectiva. Y hay quien piensa que es un arte marcial de apoyo. O en cierto modo de menor valor e interés que los anteriores. Nada más lejos de la realidad.

“En sus grandes superproducciones, Hollywood sigue empeñado en mostrarnos a los orientales como seres sobrehumanos. Guardianes de poderosos conocimientos vetados a los meros mortales. Y en sus historias imposibles vemos a muchos de estos maestros
de ficción realizar hazañas inverosímiles.
Tan propias de los protagonistas de MARVEL en los cómics más que de seres humanos comunes y corrientes como todo quisqui.”

Así que si obviamos los imposibles poderes suprahumanos que hacen levitar durante minutos al protagonista, o convocar energía subatómica con sus manos y soportar golpes a diestros y siniestro de decenas de atacantes al mismo tiempo mientras esquiva una lluvia de balas sin que tan siquiera le rocen, nos quedan las no menos extraordinarias y famosas Artes Marciales.

Estas son aquellas que el extraordinario Bruce Lee dio a conocer y las hizo accesibles en occidente y que, según cuentan, no gustó nada en la comunidad oriental. Lo cual alimenta decenas de teorías sobre como se urdieron planes para acabar con su vida. Y que algunos aseguran que acabó llevándose a cabo la fatídica noche de su muerte.

Aunque oficialmente, y con bastante probabilidad, su triste fallecimiento fuera causa de la alergia a las estúpidas medicinas que a tantos artistas de Hollywood se han llevado por delante. Y que siguen llevándose, con receta y todo. De hecho, como buen estandarte de Periodismo Alternativo y humanista que es esta página, es probable que dedique un artículo a ese tema concreto más pronto que tarde.

De todas esas artes marciales, el Kung-Fu y el Kárate se llevaron la fama y la gloria. Mientras que otras técnicas como el Judo fueron vistas por el egocentrismo occidental como artes marciales menores. Craso error.

La serenidad en sus movimientos y técnicas –el judo es conocido como el camino de la suavidad– no lo convierten en un arte marcial menor ni poco efectivo en la lucha. En realidad, es una de las artes marciales más adaptables que existen, buscando por encima de todo el beneficio corporal y el equilibrio mental y emocional del practicante.

Quizá su origen más moderno no resulta tan épico y misterioso como las artes marciales más clásicas. Y esto haya contribuido a que el judo sea visto como el hermano pequeño del kárate y se le haya tenido un poco relegado en el rincón, como a los niños. “Mejor no te mezcles con los mayores no vaya a ser que te hagan daño“, le dicen los mayores.

El Judo es un arte marcial completo“Pero no es precisamente el judo un deporte marcial que se conforme con quedarse jugando solo en los rincones y apartado del resto. Fue creado por el maestro Jigoro Kano en el año 1882. Y recoge la técnica de dos de las escuelas jujitso más destacadas, la Tenjin y la Kito-ryu.
Y al igual que el jujitsu,
se basa en la lucha cuerpo a cuerpo que practicaban los Samurai

La escuela Kodokan, del maestro Kano, fue introduciéndose en la sociedad japonesa de manera sutil y como alternativa a otras prácticas marciales más agresivas. La serenidad de sus movimientos –el propio jujitso es tan refinado que a simple vista casi no parece ni arte de lucha- le proporcionó adeptos rápidamente. Convirtiéndose en poco tiempo en uno de los cuatro estilos de lucha deportiva más practicados en todo el mundo en la actualidad.

Y sin embargo, la efectividad de los golpes, desarmes y sumisiones es tanta que en las competiciones, se impuso prescindir de muchos movimientos para evitar lesiones graves de los participantes.

El judo es una de las artes marciales más completas que existen. En él, se ejercitan todos los músculos sin excepción. En los niños, produce un desarrollo armonioso y simétrico en la formación de los músculos y huesos. Y su práctica permite reforzar las articulaciones, incrementar masa muscular y aumentar elasticidad corporal.

Y esto es gracias a que en el judo participa todo el cuerpo y su intensidad es siempre moldeada por el profesor o el propio practicante, que elige el ritmo de su práctica.

El judo no es técnica de combate, ni es kárate. No es en sí un deporte, pero no es meditación. Tampoco es defensa personal. Ni es táctica de control corporal. Porque el judo es todo eso junto. Nada más trascendentalista, si lo miramos bien.

Cada movimiento incluye de una u otra manera todas las anteriores cosas. Su velocidad, hace que un observador externo piense en la suavidad de sus movimientos. Mientras que el practicante lo experimenta como una efectiva energía dirigida de manera concreta a un punto y con una intención clara y también concreta. Para el adversario, es como si un camión le hubiera pasado por encima sin haber tenido tiempo de saber por donde venía.

El Judo se nutre de otras técnicas y estilos de arte marcial“No existe razón para que dos practicantes de distintas artes marciales al judo se encuentren uno en desventaja del otro si ambos tienen un nivel similar de aprendizaje. Un maestro cinturón negro de judo sigue siendo un maestro cinturón negro. Mientras que un cinturón más inferior de Kung-Fu seguirá siendo sólo un estudiante.”

La facilidad del aprendizaje del judo, no exime de su efectividad, y en ningún caso queda por debajo de ninguna otra arte marcial. Ni hace inferior al adversario que lo practique adecuadamente.

De hecho, como curiosidad, no todos los practicantes de artes marciales pueden reaprender mediante el judo. Mientras que todos los practicantes de judo sí pueden reaprender otras técnicas marciales desde la base que el judo proporciona.

Esto es así porque su modo de enseñanza gradual y su técnica mental, permite que el judo sea un fuerte pilar para desarrollar otras técnicas marciales más avanzadas. Ya sea jiu-Jitsu, kung-fu o incluso ninjutsu.

Por si fuera poco, los beneficios de su práctica para el organismo son extraordinarios. Y quizá si que en el fondo tenga algo de super poder, después de todo. Ya que la práctica del judo refuerza el sistema cardiovascular, el sistema nervioso, el digestivo, el respiratorio, el sistema locomotor y todo el conjunto del metabolismo.

Así pues, hora es ya de reconocer su gran valor a esta fabulosa táctica marcial. Que no por tan practicada y conocida, es menos valiosa que cualquier otra de las artes marciales, cuya importancia final radica en el beneficio y equilibrio de la personalidad. O como reza el trascendentalismo Zen: la búsqueda de la paz interior por encima de todo.

 

 

 



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